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jueves, 9 de junio de 2011

Fortificaciones japonesas en el Pacifico (IV)


Materiales de construcción.



Ante las dificultades los japoneses hicieron uso extensivo de los materiales de construcción para sus fortificaciones y obstáculos. A esto se le unió el problema de los suministros y materiales de construcción pues las rutas de abastecimiento eran atacadas por la aviación y los submarinos aliados. Sin embargo en las islas se hallaba, y en cantidad, los cocoteros que poseían una madera muy resistente a los proyectiles siendo relativamente sencillo su tala. Además de esto, su madera podía resistir gran carga de modo que fue una opción muy buena ante las dificultades presentadas.

Los cocoteros no fueron el único tipo de madera dura que se empleó como material para las fortificaciones, también el Casuarina que a pesar de presentar dificultades para trabajar con dicho material era extremadamente resistente, hasta el punto de que es una madera tan densa que no flota. No solo se construían defensas sino también malecones, barracones, talleres y otras instalaciones. Para su trabajo fueron llevados aserraderos portátiles allá dónde eran necesarios.

Además de las fortificaciones se construyeron almacenes para las municiones, raciones y otros materiales en robustos búnkers de madera de todos los tamaños, reforzados por sacos terreros. Estos proporcionaban protección contra armas de infantería y el fuego de mortero y se encontraba en abundancia. Los techos eran cubiertos por capas de coral o piedra volcánica y arena que absorbían los impactos de proyectiles AP y disipaban la efectividad de los HE. La arena volcánica, que iba desde el color marrón hasta la negra, era empleada también para proporcionar camuflaje a las posiciones defensivas. Por su parte el coral es una estructura en capas que al igual que la piedra caliza no se rompe con facilidad. 



Así mismo se fabricaron otras posiciones con paneles de acero, pero fueron menos usuales dada la dificultad de encontrar y trabajar este material en algunas islas. Las estructuras de metal, generalmente instalaciones de aviación, eran destruidas frecuentemente en ataques aéreos y los restos añadidos a las posiciones defensivas para su refuerzo o construcción.

En cuanto al cemento, llevado en sacos de 50 Kg, era mezclado insitu con coral o arena volcánica que le daba más resistencia. Si no se disponía de grava para mezclar, la roca de coral era machacada y utilizada para este fin. Las barras de acero de baja calidad era empleada para reforzar obstáculos y otras estructuras en varas de 10-19 mm de diámetro. Dada la dificultad de lograr el suficiente cemento para todas las necesidades este material era reservado principalmente para los puestos de mando, centros de comunicación, bunkers de almacenamiento de munición y combustible y otras estructuras de importancia crítica. Las aperturas de las cuevas fueron provistas de pequeños muros de cemento para los puestos de tirador y resultaron complicados de neutralizar.

El sistema de raíles de tren era de vía estrecha y muchas de sus líneas de comunicación fueron sistemáticamente destruidas en ataques aéreos. Los japoneses aprovecharon este contratiempo empleando los raíles para reforzar los techos de sus construcciones.


ROTTMAN, G. “Japanese Pacific Island Defenses 1941-45” Osprey, 2003


English version

Given the difficulties the Japanese made extensive use of building materials for its fortifications and obstacles. This is joined by the problem of supplies and construction materials as the supply routes were attacked by Allied aircraft and submarines. However, in the islands was, and quantity, the coconut trees that had a very hard wood to be relatively simple projectiles harvesting. Besides this, the wood could withstand heavy load so it was a very good option to the difficulties presented.

The coconut trees were not the only type of hardwood that was used as material for the fortifications, also Casuarina despite having difficulty working with this material was extremely resistant to the point that it is a very dense wood that does not float . Not only defense but also built piers, barracks, workshops and other facilities. For his work were carried portable sawmills where they were needed there.



In addition to the fortifications were built storehouses for ammunition, rations and other materials in sturdy wooden bunkers of all sizes, reinforced by sandbags. These provided protection against infantry weapons and mortar fire and was in abundance. The ceilings were covered by layers of coral or volcanic rock and sand that absorbed the impact of AP projectiles and dispelled the effectiveness of HE. The volcanic sand, which ranged from brown to black, was also used to provide camouflage for the defensive positions. For its part, the coral is a layered structure like that limestone does not break easily.

Also other positions were made with steel panels, but were less common given the difficulty of finding and working this material in certain islands. Metal structures, usually aviation facilities were often destroyed in air strikes and the rest added to the defensive positions for the reinforcement or construction.

As for the cement, carried in bags of 50 kg, was mixed with insitu coral or volcanic sand that gave more resistance. If not available for mixing gravel, coral rock was crushed and used for this purpose. The steel bars of low quality was used to reinforce barriers and other structures in rods of 10-19 mm in diameter. Given the difficulty of achieving sufficient cement to meet all needs this material was reserved primarily for command posts, communications centers, ammunition storage bunkers and fuel and other critical structures. The opening of the caves were equipped with small cement wall posts shooter and were difficult to neutralize.

 Close-up of typical Japanese bunker.


The rail system was narrow-gauge train and many of its lines of communication were systematically destroyed in air strikes. The Japanese took this setback by using the rails to strengthen the roofs of their buildings.

ROTTMAN, G. “Japanese Pacific Island Defenses 1941-45” Osprey, 2003


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